viernes, 29 de enero de 2010

Encuentro


En la cima de un acantilado frío
Espera dormido el severo alado negro.
Que desde sus sueños brote hasta su lado
El aroma de la hembra que conoce,
La promesa viviente de sus sueños,
Encarnada desde el aire tembloroso
Cómo el fuego que crepita en su centro,
Herencia indestructible, antepasados gloriosos.

En sus sueños pasivos explora el universo
Viajando por mundos entiende al conocimiento
Enraíza su vida en aquel amor tan grande
Que de su corazón nace para brindarle belleza
Que al despertar será entregada desde sus manos,
Desde su lengua, de su propia boca y con certeza
Moviendo su cuerpo en torno a su amada Hembra.

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