viernes, 29 de enero de 2010

Naves


Reposan las naves a las afueras del angar de iridio que recorta el aire
El cobre se oxida bajo sus plieges por la humedad del pasto,
Un pálido abdomen saborea el fruto de la parición de la noche,
Simplezas que adornan la gran belleza de su espacio interior.

Uno a uno los seres se acercarán a ellas buscando ser llevados
Mundos desconocidos y planetas que ostentan privilegios,
Manjares de bellas simpatías ensambladas a la carne del ser vivo
El delgado tapíz de sus aposentos cubicos, llama al destierro.

Para ver suben los seres, para deleitar desde sus cetros sus miradas
Para alcanzar la felicidad esperada, para quedar vívidos de experiencias
Contarlas a sus seres queridos en noches de suspenso que sin mentir,
Buscan experimentar pues no los llena ya nada más que el exoego.

"Placeres hay en todas partes" se anuncia en carteles pequeños,
En fábricas de cristales o en la oscuridad del hierro eterno,
Orgullosos y blancos, sudados por el tiempo a la espera del conocimiento,
Los seres caban en la tierra la morada que los cobijará en la espera.

Llevan tiempo probando de la suerte y acarrean consigo a otros
Con el afán de entregar su conocimiento, y no saben que por seres vivos,
De todas las mismas especies que hayaron dentro de sus moradas a su entierro,
Serán enseñados, y que con la rapidéz de su mente abrirán aquellas conexiones

Para entregar incondicionalmente tal como se les fué entregada
En el momento que desidieron buscar algo de conocimiento y encontraron,
En los seres vivos, las bellezas que nacen de nuestra Naturaleza... a su entrega.

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